domingo, 26 de abril de 2009

Cierre de Campaña INDEPENDIENTE

En septiembre de 2008, cuando el Partido Revolucionario Democrático celebró sus elecciones internas, hice mi primer señalamiento al modo de hacer política que se estaba llevando a la práctica; ese mismo mes escribí el primer artículo -Carta Abierta- con Balbina Herrera (la ganadora de aquel democrático proceso) como protagonista de una generación de grandes retos y oportunidades. Tiempo después, ya en enero, hice público mi apoyo a su candidatura y más que a su candidatura a la propuesta de gobierno que durante los meses siguientes se ha estado haciendo de conocimiento público.
Producto de grandes esfuerzos publicitarios y millonario derroche económico, un individuo ha minado la hermandad panameña. Producto de su demagogia e hipócrita actitud de empatía con los sectores populares, hemos sido testigos de ataques a todo nivel -de lo psicológico a lo físico-. Producto de su seudo-movimiento, se han dado lamentables cambios en algunas organizaciones políticas; lamentables porque, lejos de contribuir con el desarrollo y fortalecimiento de nuestra democracia, ha dado pie a disputas y diferencias agresivas, al desgaste de los recursos y a atentar contra todo respeto individual. Producto de un capricho y la absurda visión del país como un campo de batalla y el gobierno como un juego de popularidad política, hoy -la razón y el criterio de nuestra sociedad- se juegan la estabilidad social del país.

El 3 de mayo de 2009 será una fecha decisiva para Panamá y su futuro sociocultural. Ese día tendremos que elegir entre dos rumbos muy distintos. Aquel de un individuo improvisado, histriónico y de liderazgo comprado que es respaldado por otro de débil fortaleza para conservar un ideal de conciencia. O elegir Un Gobierno Para La Gente, que es una propuesta firmada con el compromiso puesto en la construcción de un país con seguridad, justicia y oportunidades de progreso y desarrollo social; el rumbo que nos propone un equipo que representa todos los sectores que conforman la nación panameña, el equipo que encabeza Balbina Del Carmen Herrera Araúz.

El bienestar social en Panamá será un objetivo inalcanzable si cometemos el error de creer en quien se finge pueblo y desconoce nuestras auténticas necesidades, pero las emplea en su discurso de campaña como argumento para convencer al incauto y hacer negocio con las carencias de la gente humilde. Jamás será una realidad si confiamos en quien tantas veces ha dado muestras de doble moral, de apadrinar intereses particulares e incluso desprestigiar sin medir razón ni consecuencias un día y al siguiente abrazar al supuesto ladrón, quien rendido al poder económico del magnate, se convierte en el mejor aliado.

Lo que Panamá necesita es una nueva oportunidad, una nueva clase política; producto de un proceso de inclusión social, de formación popular y humana experiencia. En este momento histórico, en la actual situación de nuestro desarrollo democrático, lo que requerimos es una figura humilde, pero sin temor a defender lo suyo, educada y con experiencia comprobada al servicio del crecimiento integral de los menos favorecidos, de la clase media –trabajadora-, de los grupos empresariales y de todos los sectores representativos de nuestra cosmopolita estructura social. Ese perfil es el de Balbina Herrera: Una mujer sencilla, de familia humilde, pero luchadora que ha sabido aprovechar las oportunidades ofrecidas y consciente de que lo menos que puede hacer para recompensar a la Patria que le alberga, abriga y nutre es servir como instrumento que guía a los que vienen detrás a nuevas y mejores oportunidades.

Oportunidades para todos:

·Seguridad y eficiencia judicial

·Producción agropecuaria, acceso y distribución -sin mañas- de la canasta básica familiar

·Fomento empresarial y laboral con salarios e incentivos acordes

·Calidad y responsabilidad en los sistemas de transporte y sus estructuras administrativas
·Excelencia y garantía de la educación

·Prevención de enfermedades y promoción de la salud

·Acceso popular a programas de titulación y vivienda digna

·Estimular en la juventud el compromiso y la satisfacción por ser emprendedores con visión social y tendencia al arte, los deportes y la cultura en sí

·Desarrollar las infraestructuras requeridas para la integración de todos los sectores que protagonizan el desarrollo nacional.

Mucho se ha hablado últimamente de cambiar las cosas en Panamá: *"El éxito del cambio es la actitud de cada uno ante el reto y hoy es nuestra oportunidad de integrarnos al esfuerzo por hacer las cosas bien en este país”. Es pues el momento de hacer realidad el sueño de tantas generaciones, el tiempo de confiar en una mujer de resultados positivos, al ejercer el soberano derecho al voto a favor de esa chola cuyo corazón late apasionadamente por la política puesta al servicio del pueblo.


*FLP-DL para BH Gente De Mente

viernes, 24 de abril de 2009

Desenmascarar la demagogia

La Estrella de Panamá (04-23-2009)
DEMETRIO OLACIREGUI Q.
Después de cuatro periodos de gobiernos democráticos es justo pensar que el país se encarrile por el sendero de la estabilidad política y el desarrollo económico y social. Pero ahora se atraviesa la amenaza de volver a la autocracia, con careta civil, cuando los regímenes militares han desaparecido en el Continente. El candidato presidencial opositor Ricardo Martinelli se ha convertido en una amenaza para el proceso democrático por su carácter demagógico.

La demagogia es la forma más impura de la democracia. Nace dentro de la democracia y busca confundirse con ella como un virus maligno que acecha desde sus mismas entrañas con capacidad de destruir lo alcanzado en estos últimos 20 años. Enemigos como el fascismo, el militarismo o el comunismo no son nada frente a la demagogia porque ataca por sorpresa, como una demostración de lo que la sociedad no ha superado. La democracia no es vulnerable al engendro de la demagogia.
Martinelli se ha dedicado a seducir a los votantes con una campaña de mentiras, adulándolos con falsas promesas para rendirlos finalmente a sus pies. Para Martinelli la verdad parece siempre una compañía incómoda. Ha empleado la mentira como una trampa para confundir a los sectores carentes de ilustración cívica. Explota la minusvalía política, el analfabetismo cívico, la falta de acceso a la información, el escaso nivel educativo, como una cantera electoral compuesta por personas fáciles de ser engañadas.

Su ejercicio de la política no tiene puntos de contacto con el concepto tradicional de democracia. Ha reemplazado los partidos políticos por espacios, movimientos, frentes, alianzas en los que predominan las personas por encima de las ideas y ni siquiera hay historias comunes de pertenencias a un mismo grupo. Para Martinelli la política es un negocio, con su marketing , su visión de los ciudadanos como consumidores, a quienes hay que atraer para que compren el producto ofrecido por la campaña de propaganda. En su proyecto político lo único que importa es acumular espacios de poder hasta capitalizar el poder absoluto. El ascenso de los demagogos hasta la cima del poder no es de todos modos instantáneo. Como su clave es engañar al pueblo, su ruta es tortuosa.

Por eso hay que desnudar la demagogia martinellista. Alertar a la ciudadanía para que no termine engañada cuando sea demasiado tarde y se encuentre encadenada a la tiranía de su demagogia. Si no queda al descubierto y se observa su verdadero rostro, el país podría pagar el precio de la inestabilidad social y el desequilibrio político.

La tarea de desenmascarar la demagogia de Martinelli es una labor de las clases medias y profesionales, de los intelectuales y académicos. Los sectores pobres son sometidos por análisis simplista y el bombardeo propagandístico. Al fin de cuentas, la meta de Martinelli es reforzar la pobreza y la ignorancia, porque no la concibe como una instancia dramática que el país debe superar cuanto antes, sino como una reserva electoral a la que ha explotado y pretende seguir explotando.La demagogia estimula retrocesos graves y representa una regresión hacia la ingobernabilidad. Cuando la gente se supera, los demagogos pierden.

-El autor es periodista

jueves, 23 de abril de 2009

Lacunza está “aburrido” de campaña agresiva

Evelio Valdés


Obispo de David pide acciones legales para limitar la duración de las campañas políticas La agresiva campaña política que han desarrollado los diferentes partidos durante los últimos meses tiene “harto” y cansado a monseñor José Luis Lacunza, obispo de David y presidente de la Conferencia Episcopal Panameña.

“Estoy harto y aburrido de tanta campaña, y espero que para la próxima hayamos aprendido la lección y se implementen normas legales que limiten el tiempo de las campañas”, destacó Lacunza.

Agregó que le molesta que se siembre el temor de que en las elecciones del 3 de mayo haya un fraude cuando ejercicios electorales anteriores se han desarrollado con transparencia y normalidad.

“Es irresponsable que se ande sembrando incertidumbre y temores infundados sobre un posible fraude, cuando llevamos más de 20 años de ejercicio democrático y nuestras instituciones han desarrollado este proceso con normalidad y cada uno ha cumplido con su responsabilidad”, dijo el prelado.

El obispo exhortó al gobierno venidero a revisar todos los programas de ayuda social que conlleve a un mejoramiento en los que han dado resultados y desechar los que no han llenado las expectativas si no se pueden mejorar.

martes, 21 de abril de 2009

Mariela Castillero: Una opinión importante

Estas han sido mis primeras elecciones viviendo en Panamá. Las anteriores solo vine a votar y siempre he votado por el candidato ganador. Cuando gano Mireya no vine a Panamá a votar por ese mismo motivo, así que no tengo ese cargo en mi conciencia.
He apoyado a Balbina Herrera desde que se lanzó a la candidatura en las primarias, porque durante mis últimos 5 años en Panamá he podido observar cómo este país ha cambiado en muchas cosas para bien, pero en algunas para mal. Sabía que esta era la candidata que podía hacer la verdadera diferencia y que el panameño no es bobo y sabe legislar, sea del estrato social que sea.
Balbina Herrera es la candidata que el país necesita en estos momentos para retomar los buenos valores familiares de educación y disciplina en los hogares, que tanto se han perdido, además de devolverle al país su alegría con seguridad en las calles, canasta básica más baja a través de incentivar la producción agrícola y los super compita, mejorar el sistema de salud y la educación, el sistema de transporte para llegar a sus trabajos más cómoda y rápidamente, y oportunidades para todos en ambientes de trabajo dignos y con respeto.
Esto es sentido común, y es lo que el panameño se merece por todo lo que le da a este país. Quien no haya visto esta propuesta de Balbina tan clara como el agua, y no haya visualizado un Panamá así para todos y para sus hijos, realmente es porque no ha querido, y debe preguntarse por qué? Si es por intereses personales, codicia, afán de poder, o cualquier otro motivo negativo, este no es el momento para eso ya que el crecimiento y la seguridad del país nos beneficia a todos los que vivimos en él por igual.
Al principio, cuando empecé a ver la campaña descalificadora y sucia en los medios de comunicación, me recordó a la campaña que me tocó vivir en el año 2,000 en la Florida con Bush, en el que ganó por fraude. Me dio verdadero pánico todo esto, y más por la complicidad para la que se prestaron los medios de comunicación locales, utilizando como su mejor arma y como campo de cultivo de su mentira, la apatía generalizada y la falta de Fe de los panameños en nuestra clase política. Había estigmatización social, intereses creados, gente que no quería dar la cara en defensa de lo que es correcto y de lo que es justo. Había un candidato opositor déspota y que sabe mentir descaradamente ante las cámaras, y con muchos recursos para vender masivamente ideas fantasiosas para jugar con la necesidad de la gente.
En los últimos días hemos podido observar poco a poco como todo se les viene abajo, cómo se les caen sus mentiras encima, y cómo el panameño a empezado a darse cuenta de que nos han tratado de manipular a través de los medios de comunicación, de encuestas, difamaciones, shows y más mentiras, o verdades a medias utilizadas claramente con fines políticos de destruir reputaciones y lograr opiniones a favor de uno u otro. Gracias a este medio, a los e-mails y a las personas como nosotros que nos atrevemos a decir las cosas como son, es por lo que podemos ser libres de las ataduras y manipulaciones de los medios de comunicación y pensar por nosotros mismos, comentar, hablar con el vecino, regar la voz, y eso tiene una fuerza muy importante para la democracia en nuestro país.
Nos toca a nuestras generaciones hacer la diferencia y exigir en un futuro campañas más responsables, sancionar a las campañas y los medios que se prestan para ello, y poner las pautas sobre las que se deberán llevar a cabo nuestras campañas políticas: basadas en propuestas REALES, HONESTAS y RESPONSABLES que se puedan cumplir, completas, mejor elaboradas, planes que se vayan elaborando a futuro con opiniones expertas y concertación nacional, para que el país siga avanzando en beneficio de todos.
Yo me siento muy confiada en que Balbina Herrera es nuestra próxima Presidente de la República y puedo respirar más tranquila. He tenido mis serios momentos de duda, porque esta campaña de locos ha sido confusa, burlona, cínica y sin argumentos bien sustentados, pero muy descalificadora y específicamente lanzada para capturar la atención de los más ingenuos. Todavía no hemos llegado al día del triunfo electoral, pero tengo Fe en que la razón y la lógica, Dios, y la buena conciencia de los panameños están de nuestro lado. Pase lo que pase, la de Balbina ha sido una bonita campaña, de corazón, y me siento bien orgullosa de haber participado de una pequeña forma en ella.
Todos Ustedes aportaron mucho con sus comentarios. La mayoría de la gente es apática a estos temas, y debo confesar que yo antes también, pero no saben lo MUCHO que tenemos en juego en este país si nos dormimos y dejamos que cualquier plutócrata compre el Gobierno y nuestro futuro. Hay muchos intereses económicos negativos, como el tan cacareado Murcia, que nos pueden terminar de dañar el país y la juventud, y que no deben tener MAS NUNCA cabida en nuestras campañas políticas ni en nuestros hogares, digan lo que digan. Los valores debemos tenerlos bien claros en un futuro, para que no hayan confusiones sobre lo que es aceptable o no. Panamá no necesita de todo esto, ya que nuestro país, sobretodo para los que crecimos en los 80´s, puede llegar a ser una tacita de oro si nos lo proponemos, porque todo se puede cumplir si nos enfocamos en el trabajo y no en la politiquería barata.
Hace cinco años era el SI SE PUEDE, y se pudo mucho. Es una satisfacción para la administración de Martín Torrijos y los que le colaboraron. Pero no se hicieron muchas otras cosas que se necesitan para lograr el Panamá que todos (o casi todos) queremos, justo, igualitario y SEGURO (eso ante todo, porque hay mucha droga en la calle y hay que decir ALTO!). Tengo fe en que llegará pronto el día que con Balbina y su plan de Gobierno, podamos cambiar esa frase nefasta del colombiano aquel que vino a visitarnos hace más de 100 años, por una mejor frase que diga: "El que quiera conocer a Panamá, que saque su Visa y haga su reservación de Hotel con tiempo, porque no hay cupo! Panamá es una TACITA DE ORO" Felicidades a todos Ustedes que han estado aportando su granito de arena de corazón y por el bien del páis!!! (yo estaba aterrada de tener que mudarme fuera de Panamá de nuevo, pero creo que ya estoy mucho más tranquila!).

El Saus de Mami

Por: Cecilio Simon

Mi primera experiencia política fue a los 10 años. Mi abuela, a quien todos la llamábamos Mami, tenía un kiosco sobre la Vía España frente a la entrada del Club de Golf. Vendía frituras y sus clientes consuetudinarios eran los cadíes que trabajaban en el club y ocasionalmente algún “rabiblanco” en busca del placer que producía saborear el “saus” de Mami. Recuerdo que un día de semana, se detuvo un “carrazo”. “Seguro que el “rabi” viene por saus y hoy no es sábado”, decía consternada la abuela. Pero sólo bajó el chofer, conversó brevemente con la vieja, sacó unas cajas del carro y se retiró. Obviamente no sé de qué hablaron, porque en esos tiempos era pecado mortal escuchar la conversación de los adultos y peor opinar. Mami abrió una de las cajas y empezó a escribir en los cuadernos. No sé cuántas horas pasaron, pero era poco el avance. Suspiraba y se lamentaba constantemente: “Oh my God, holly mercy…” y de repente mi primera incursión política: ”Hey boy, come here, help my whit this shit”.

Años después aprendí que las libretas que llenaba con nombre, cédula, y firmas inventadas, eran las de adherentes para inscribir la candidatura de un diputado. Yo no sabía del tomo, folio y asiento de las cédulas, creo que mi abuela tampoco, pero el Tribunal Electoral encontró todo en orden. ¡Qué alegría, no hubo problemas para la inscripción! El diputado ganó… celebró con “saus” en el kiosco de Mami.Siendo dirigente estudiantil, pregunté a Mami y me contestó, que el suplicio por el que pasamos fue “compensado con un buen surtido del kiosco y un crédito en Kito Chen”, una tienda de mayorista en el mercado público. Al final, la vieja sentenció con voz cansada pero firme: “Remember son, politics is not for pour, is not for black, it´s for the “rabiblancos”. That´s why I always tell you, keep your ass out of politics”. Guardé silencio reverencial, porque Dios guarde contradecir a la abuela. Solamente pensé: “las cosas han cambiado”. Para entonces ya caminábamos junto a Omar, el principal arquitecto del cambio en Panamá.

Ese arquitecto del cambio transformó ese paisaje político, en el que la palabra ciudadanía solo valía una pacha de Seco. En el que Arnulfo Arias Madrid, de manera nada democrática, a punta de varillazos obligó a Ricardo A. Jiménez a renunciar de su candidatura en 1940. Donde Coronel Remón, después de un extraño recuento de voto “llamó” a la presidencia candidato perdedor. En el que las fuerzas del orden público eran rebasadas por las pandillas de la época como los “pie de guerra” y “boinas negras”...

John Glover South, Embajador de los Estados Unidos en Panamá entre 1921 y 1930, escribió al Departamento de Estado el 23 de marzo de 1925: “He aquí como durante tres años de residencia en Panamá, he sido incapaz de hallar algún principio que gobierne a los partidos... Los partidos, al igual que sus adherentes se dividían o unían con base en las relaciones de tipo personal... El objetivo es únicamente despojar al contrincante y ocupar la presidencia...”

El llamado candidato del cambio representa un peligroso salto hacia ese remoto pasado. Ha desarrollado una campaña sin principios, de exaltación de antivalores, basadas en sus relaciones personales, con una gruesa chequera siempre dispuesta a comprar adhesiones o destruir al adversario. Recurre a medios que van desde la presión a proveedores y suplidores, los ataques personales, hasta la creación de matrices de opinión sobre supuestos desprendimientos de bloques enteros del oponente. Sus propios aliados, han sido víctimas de esa inescrupulosa vieja forma de hacer política.

Por el contrario, la modernización del PRD, basada en la democracia interna y la transparencia, es una ruptura con esa forma de hacer política en Panamá. Es el primer partido que lleva a elecciones internas su dirección política y a primarias todos los puestos de elección popular. Es el único partido que publica su lista de donantes. Las elecciones primarias, es la mejor forma que tienen los partidos para promover el acceso a los puestos de elección a todos los sectores sociales. Solo así se explica que la abanderada del PRD sea Balbina Herrera. Ella es hija de esa arquitectura del cambio que lideró Omar, de ese país de oportunidades, de esa universidad de puertas abiertas a partir de la década del 70, junto a los Rectores de la Universidad de Panamá Edwin Fábrega y Rómulo Bethancourt.

Balbina, es la lideresa de una generación de hombres y mujeres curtida en la lucha emancipadora, que no se deja amilanar con encuestas seguramente hechas en kioscos y supermercados. No se deja amedrentar por esa gruesa chequera, porque sabe caminar por calles y veredas de los barrios donde nació. No teme que se desgasten el tacón y la suela, porque desde niña, si sabe dónde ir para cambiar la tapita y poner la media suela.
La victoria del PRD con Balbina a la cabeza, cimenta las bases de la democracia panameña; con ella no habrá salto a un pasado tan lejano como el denunciado por John Glover South. Balbina reivindica el derecho de todos a optar, sin importar la cuna de la que provenga, ni el padrinazgo económico del que se disponga.

La victoria de Balbina es el triunfo del país de oportunidades, es la victoria de la nueva forma de hacer política que diseñó Omar, el arquitecto del cambio en Panamá.
¡Por eso Chola, vamos a ganar! Ahh… y después degustaremos un “saus” como el de Mami… yo invito.

miércoles, 15 de abril de 2009

Perdóname, pero yo voy a ganar

04-14-2009
MARIO A. ROGNONI
Opinión


En 1998 terminamos el año con encuestas que mostraban en la carrera por la Alcaldía del distrito capital a Mayín Correa con una intención de voto de poco más de 62%. Era imbatible en ese momento. Para finales de enero la candidata Correa había bajado al 50%, sólo para verlo en 44% al final de febrero y poco más del 39% al finalizar marzo. En mayo, Mayín Correa terminaba tercera, detrás de Juan Carlos Navarro y Miguel Antonio Bernal, con poco más del 30% de los votos reales. En cuatro meses se esfumaron las intenciones de voto.


Muchos candidatos han caído engañados por las encuestas. Como diría un gran pensador, “hay encuestas y hay encuestas”. Como también añadiría yo “hay candidatos y hay candidatos”, y más bien, “hay partidos y hay partidos”. Por eso, en medio de una campaña caracterizada por encuestas inexactas utilizadas por los estrategas de uno de los candidatos para someter sicológicamente a sus adversarios, me animan las palabras que con plena convicción nos dice Balbina Herrera, candidata de la alianza que lideriza el PRD, convencida de su triunfo el 3 de mayo. No importa los puntos de diferencia que quieran proyectar, su respuesta siempre ha sido, “Perdóname, pero yo voy a ganar”.


No lo hemos dudado. La última encuesta de Ipsos coloca a Ricardo Martinelli a sólo 11 puntos de ventaja, pero no encuestaron las comarcas (3%), como tampoco áreas apartadas (2%), ni las zonas rojas urbanas (3%), quedando ambos candidatos dentro del margen de error. Es decir, virtual empate. Luego tienes que considerar los factores reales del día de las elecciones: organización, motivación, movilización, factores favorables en todo sentido a la unión PRD—PP—Liberal, versus tres partidos faltos de movilización y organización (CD, UP y Molirena) unidos a un sólo partido con la movilización y organización, pero sin la motivación, el Panameñista. Esos elementos te darán en lo concreto un diferencial que irá del 3 al 5% por lo que Balbina, efectivamente, podría estar ganando por el 2%.
Hay, por otro lado, excelentes argumentos para sustentar el optimismo de la candidata. Todos los encuestadores indican que hay un 12% de la intención de voto a Martinelli que son PRD. Con un esfuerzo motivador del partido y recobrando la mitad de esos votos. Es decir, 6% que se le resten a Martinelli y vuelvan al PRD la diferencia positiva a Balbina sería 12%, quedando claramente adelante. En otras palabras, cada voto PRD perdido que vuelve vale por 2, porque resta uno a Martinelli y se le suma a Balbina.


Los estrategas del cambio lo saben y pretenden confundir al PRD mostrando supuestos “PRD’s por el cambio”, buscando desanimar a los perredés. Pero la fuerza de la bandera tricolor y la tradición PRD al final esto seguro los llamará a votar con su partido.


Por otro lado, las intervenciones de Martinelli últimamente han ido sembrando desánimo en las fuerzas patrióticas y panameñistas, dos partidos que lentamente han sentido que sus expectativas de participación en el gobierno de ganar Martinelli no son halagadoras, cada vez parecen disminuir sus espacios.


Los nombres que constantemente menciona para loa cargos responden más a un sector económico que a los propios partidos y su pregón, “gobernará con los mejores panameños, aunque sean PRD”, incomoda a sus aliados. Balbina, por su parte, sigue sumando. ¿A once puntos? Perdóname, pero va a ganar.


-El autor es ingeniero y analista político

¡Sí, Utopía existe!

La asoleada tarde del 31 de agosto de 1977, después de un mes de trabajo voluntario en la comunidad de Coclecito, noventa y cinco muchachos convertidos en hombres, entramos a la ciudad, con la utopía de la erradicación de la estaca colonial. “Si falla la negociación armas para la liberación” portamos orgullosos en nuestras camisetas curtidas de patria. Perdimos a Tito Benítez en un accidente cuando talaba un árbol, pero al final, en lo que Omar denominó: alpinismo generacional, construimos una patria liberada para nuestros hijos y nietos.

Omar nos enseñó que la tarea de las armas es de los militares y que las letras de la liberación nacional son educación, salud, tierra y vivienda digna para los campesinos y trabajadores. El alfabeto de la liberación empieza con justicia social.

Fuimos recibidos como héroes, en las escalinatas del Nido de Águilas, por cientos de jóvenes de la siempre gloriosa Federación de Estudiantes de Panamá, las Columnas Juveniles 9 de enero y la Federación de Mujeres Democráticas. Éstos jóvenes se han convertido en hombres de cara al viento, decía Omar.

Allí estaba ella, BALBINA, a quien Ramiro Vásquez una vez llamo “nuestra pasionaria”. Siempre en primera fila. Sus ojos lo decían todo, ¿por qué sólo hombres de cara al viento?: “yo, como mujer, también formo parte de esa vanguardia dispuesta al mayor de los sacrificios para construir la utopía, por la que murieron Pedro Prestán, José Manuel Arauz, Ascanio Arosemena, Juan Navas, José del Carmen Tuñón y miles de héroes anónimos inmolados en la lucha emancipadora”. Ella coreaba a viva voz, para que lo oyera Omar: ¡Esto no es apoyo, esto es militancia!

Balbina, esa mujer de cara al viento, aprendió junto a Omar que el calendario de la descolonización, incluye lo que él llamó “la vuelta a la patria doméstica”. Ella sabe que puede construir sobre los cimientos de “Abraxa”, la tierra conquistada por Utopo.

¡Si, Utopía existe! es un lugar donde la ciudadanía es el mayor de los atributos del ser humano; un lugar donde la educación inicial es formadora de esa ciudadanía; un lugar donde los niños aprenden en el aula, el parque, la calle, el metro y en los museos; un lugar donde nuestros niños van a la escuela en transporte público sin el temor de no volver a casa; un lugar donde todos paguen honestamente sus impuestos; un lugar donde el respeto a la naturaleza es un valor de toda la sociedad; un lugar donde la basura es un recurso y no un problema; un lugar donde las emisiones industriales y del hogar se utilizan para producir la energía que mueve el transporte público, electricidad y el gas que utilizan las ciudades; un lugar donde la paternidad es compartida, donde a diario miles de padres (varones) pasean por parques, veredas y avenidas a sus bebés; un lugar donde los empresarios no hacen negocios con quienes violan los derechos humanos, con un lugar donde existe una vejez digna para esos ciudadanos que construyeron con trabajo y sacrificio las bases de Utopía. Sí, utopía existe y la quiero para Panamá.

Utopía no se construye mirando por el retrovisor. Utopía no la construyen quienes se apropiaron del verdadero concepto de ciudadanía. Utopía no la construyen quienes desde sus cajas registradoras, ven al pobre como un producto publicitario. Utopía no la construyen quienes evaden impuestos. Utopía no la construyen quienes no respetan los derechos laborales. Utopía no la construyen quienes se asocian con capitales de dudosa procedencia. Utopía no la construyen quienes violentan la dignidad de “nuestra pasionaria”.

Balbina, “nuestra pasionaria”, no necesita el maquillaje de una publicitaria para entrar a los barrios, ella si sabe del baño colectivo, del patio limoso, el sueco y la parrilla. Ella si sabe que Utopía existe y ha sido su abanderada desde la Alcaldía de San Miguelito, la Asamblea Nacional y el Ministerio de Vivienda.

Utopía se construye con una mujer apasionada como BALBINA HERRERA, y nosotros, hombres de cara al viento, gritamos para que lo oiga ella y Omar: ¡Chola, no éstas sola, esto no es apoyo, esto es militancia!

jueves, 2 de abril de 2009

Tiemblan La Prensa y la oposición

La Prensa se ha convertido en el mejor instrumento de medición de los progresos de Balbina Herrera entre el electorado. Cada vez que se incrementan las posibilidades de la candidata del PRD, cada vez que sube la aceptación de ella entre los votantes, La Prensa publica un gran titular de mentiras y Leopoldo Neira, cual enano verde de la fábula, acude puntual con las manipuladas cifras de sus encuestas, pese a que la diferencia entre La Chola y el señor Martinelli es de muy pocos puntos, y la tendencia de Balbina es ascendente en tanto que la El Loco se ha estancado. Saben que, pese a sus titulares mediáticos, Balbina ha ido acentuando su oferta electoral, que el electorado la ha ido comprando, y ya carentes de creatividad, retornan al graffiti carcomido y borroso, y otra vez… la mentira. El problema que tienen es que pese a la millonaria inversión que han hecho para detener al PRD, hay un rumor de victoria rondando las filas del Partido de Omar Torrijos. A los centros de campaña del PRD siguen llegando, además de veteranos y nuevos militantes, gente sin partido, exmilitantes de otros partidos, frustrados por lo que llaman “la venta de una historia”. Inclusive, algunos que inicialmente se tragaron el mensaje mediático de Ricardo Martinelli han comenzado a emigrar, frustrados por la incoherencia entre sus lemas y sus prácticas, y por los indescifrables balbuceos de un señor que parece no tener conocimiento alguno de la palabra hablada. Contra la campaña mediática que ha impulsado el millonario presupuesto de Martinelli, la militancia perredista ha respondido con la visita de casa en casa, con la conversación directa con el votante y con la sinceridad llana. Entre tanto la oposición, desde las páginas de La Prensa, acude a una política irresponsable, cargada de calumnias y de agresiones contra la Candidata, el Gobierno y el presidente de la Republica, en una evidente ausencia de propuestas y proyectos para la Nación. La dificultad de los opositores es que el pueblo panameño no es tonto. Y en efecto, la suerte esta echada, y la diferencia entre el PRD y la oposición, es la certeza del liderazgo y del trabajo que cada militante realiza.

martes, 17 de marzo de 2009

Estrategia de la Criptación


No es cierto: todo lo malo no viene de fuera y de lejos. Cuando un dirigente de oposición sentenció: “en Panamá se está dando una nueva forma de hacer política”, parecía una frase compuesta de esas muchas que escuchamos para tratar de diferenciar el producto político que se vende. No obstante el desarrollo de la campaña le ha dado la razón. Estamos frente a lo que el sociólogo español José María Maravall en su libro denomina “estrategia de la criptación”.

Maravall analiza todos los componentes de esa estrategia, desde la sistemática descalificación del líder del partido competidor, a la cuidadosa selección de los temas con los que se descalifica al contrario, pasando por la alianza con colectivos con poderes extraparlamentarios, como una parte del poder judicial, los poderes fácticos económicos o mediáticos (El País, 10 de enero de 2009).

El libro ilustra cómo el principal asesor del presidente George Bush, Karl Rowe, trabajó de modo central la estrategia de la criptación como parte del ejercicio del poder para desalojar a Bill Clinton o para permanecer en la Casa Blanca.

La “filtración” de mentiras a los medios, es el arma predilecta de la estrategia. Scott McClellan, ex vocero de la Casa Blanca, en su libro What happened: Inside the Bush White House and what’s wrong with Washington, reveló que el presidente George W. Bush y sus más cercanos colaboradores estuvieron “involucrados” en dar información falsa a la prensa respecto de la supuesta “filtración” a los medios de la identidad de la agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Valerie Plame.

El secreto de la identidad de Plame fue revelado después de que su esposo, el ex embajador en África, Joseph Wilson, acusó al gobierno de Bush de manipular la información sobre las armas de exterminio en Irak en su argumentación en favor de la guerra. La revelación de la identidad de su esposa fue considerada una venganza de la Casa Blanca por las denuncias de Wilson.

McClellan dijo que exoneró públicamente a los ex asesores de la Casa Blanca Karl Rove y Lewis Scooter Libby porque Bush le pidió que le ayudara a restaurar su credibilidad después del fracaso en la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak.

Las recientes declaraciones de David Murcia Guzmán a tres medios de información de la localidad, sobre el supuesto financiamiento a la campaña de la Candidata Balbina Herrera, pone en evidencia el empleo del arsenal descrito en el libro de Maravall. Si a eso unimos el uso sistemático de los medios para destruir dirigentes y la descalificación de la obra del gobierno del PRD, estamos enfrentados al manual empleadas por los estrategas de la criptación.

Los resultados son visibles y desastrosos para todo el planeta. Miles de muertos en una guerra sin justificación y una economía mundial sumida en la más grave crisis. De lograr sus objetivos en Panamá, los resultados arrastrarán al país a pérdida de su gobernabilidad, la ruptura de la institucionalidad democrática y la destrucción de la economía, una de las más prósperas del continente.

No es cierto: todo lo malo no viene de fuera y de lejos, pero en Panamá estamos ante una nueva forma de hacer política, llamada por el sociólogo José María Maravall estrategia de la criptación.