
Faltan 47 días para la victoria
La gran confabulación mediática que por estos días ha puesto en escena mentiras, medias verdades y capítulos novelescos, constituye la mejor evidencia del peso de la candidatura de Balbina Herrera y de las posibilidades reales de victoria del Partido Revolucionario Democrático en las próximas elecciones.
Ha sido, además, una repetición de la conducta opositora asumida en enero pasado. Cada vez que la tendencia de ascenso se proyecta a favor de Balbina Herrera, sobrevienen “golpes de timón”, con la complicidad de medios de comunicación, destinados a frenar la ofensiva del PRD. Nadie que se sepa victorioso recurre a este tipo de maniobras.
El 20 de enero pasado, por ejemplo, la residencia diplomática norteamericana le sirvió como escenario a un desesperado Ricardo Martinelli para rogarle la alianza al panameñista Juan Carlos Varela. Ahora se sabe que sus más connotados asesores le insistieron en el “Pacto de la Cresta” tras recordarle que independientemente de los votos que pudiera estar acumulando tenía serias desventajas frente al PRD: 1/ El gran número de adherentes del Partido Oficialista; 2/ El aparato organizativo nacional, que colocaba al PRD en una ventajosa posición para movilizar votos el día de las elecciones; 3/ La ascendencia popular de Balbina Herrera. 4/ Las repercusiones positivas, inevitables, de los logros del gobierno PRD de Martín Torrijos en el último quinquenio; y 5/ Que pese a la campaña sucia desarrollada hasta ese momento, Balbina había logrado igualar el margen opositor, con la particularidad de que su tendencia era ascendente.
-“… así no le vas aganar al PRD, ellos tienen la organización nacional que tú no tienes” –le habría dicho a Martinelli uno de sus asesores y amigo de años- quien por lo demás le insistió en buscar la alianza con los panameñistas. -“Pero ya se los he dicho y no quieren”- habría respondido un incómodo Martinelli-, a lo que su amigo le respondió: “entonces tú tienes que ir a buscarlos”. Y eso fue lo que ocurrió el 20 de enero de la residencia de la Embajadora de Estados Unidos en Panamá, cuando Barak Obama ascendía al solio presidencial en Washington. A los días “los súper 99 se llenaban de Seco Herrerano”.
No obstante, tanto los nuevos aliados como los sectores empresariales que soñaban con el Pacto de la Cresta registraron con asombro que entre los votantes no se produjera la adhesión masiva que esperaban. Había sido un movimiento en pinzas antecedido por una acción de la encuestadora Dichter & Neira que, a principios de enero, pasó de mediciones mensuales a consultas y a publicaciones de resultados cada semana. ¿Propósito? Cada estratega sabe que el 50 por ciento de una victoria depende de la moral del votante. Y, aun sin intención declarada, tanto el Pacto de la Cresta como las mediciones semanales de Dichter & Neira parecieron concebidas para influir en la moral de ambos. En ninguno de los dos casos la oposición logró su objetivo. Aun cuando la encuestadora dio a conocer cifras supuestamente abismales entre la propuesta del PRD y la opositora, poco o casi ninguno fue el logro opositor en esa ocasión.
Pero hay otras encuestas, serias y rigurosas, interesadas verdaderamente en lo que está pasando en las inclinaciones de votos, y curiosamente, durante el mes de febrero Dichter & Neira congeló las cifras. Nadie subió, ni nadie bajó, o fueron mínimos los márgenes, y en ese período, como una consecuencia importante, la oposición registró, importantes contribuciones económicas. Más claro no podía estar.
Pese a eso a finales de febrero, las encuestas serias y rigurosas volvieron a registrar desventajas para Martinelli y ascenso para Balbina. Con el agravante de que entre los encuestados había una percepción que colocaba a Balbina como víctima de una confabulación de la que eran parte los propios medios de comunicación. Varias señales evidenciaban un odio fabricado. Por ejemplo, tras la agresión que sufrió la candidata presidencial del PRD, el diario El Siglo, en una de sus glosas, en lugar de referirse a la boca de la candidata, hablaba el “hocico”, y al referirse a sus seguidores se refería a “sus secuaces”. En esa misma tendencia se referían varias glosas y titulares, ratificando un hecho que a estas alturas ya nadie puede obviar. Detrás de las amenazas de violencia en la actual jornada electoral ha estado un lenguaje soez, bastante descuidado y agresivo de los medios de comunicación. Pese a todo eso, a finales de febrero, las encuestas serias y rigurosas confirmaban que la propuesta presidencial del PRD acentuaba su ascenso y entonces estalló el caso David Murcia Guzmán.
La incidencia política de las “declaraciones” de Murcia está marcada por el escenario en que se producen, por los objetivos directos que ataca y por aquellos que pone a salvo. Dijo primero que “todas las campañas tocaron a su puerta”, y posteriormente sacó del paquete a la candidatura de oposición. Pero hay hechos que retratan de cuerpo entero la confabulación. Hasta ahora Murcia es sólo un detenido con acusaciones que están por probarse. Es decir, quienes parten por señalarlo como un narco o un lavador de dinero, omiten pasos que en un Estado de Derecho son considerados claves en lo que se llama “el debido proceso”. Esa fue una corrección que tardíamente ensayo el periódico La Prensa en su edición del domingo 15 de marzo. Más preciso fue el General Oscar Naranjo cuando hizo las puntualizaciones respecto a las acusaciones que pesan cobre Murcia. Hasta ahora el tema es la Pirámide, no el narcotráfico ni el lavado. Y dijo más el militar colombiano, al destacar la mentira en las palabras de Murcia. Luego entonces lo real es que sin que se haya agotado el debido proceso, sin que medien pruebas y con un mentiroso, lo que los medios panameños hicieron como sensacional fue una confabulación que se basa en rumores, medidas verdades y mentiras. Un delito que el Tribunal Electoral debía tipificar, pero que ante el poder omnipotente de los medios y del sector empresarial que se reúne en torno a Martinelli, nadie se atreve a tocar.
¿Y cómo marchan las mediciones? Los responsables de las encuestas “serias y rigurosas” aseguran que pese a todo Balbina marca con grandes posibilidades de victoria. Que las maniobras realizadas hasta ahora tienen efecto en el mismo momento, pero luego todo vuelve a estar como a mediados de enero pasado. Nadie sabe que ira a hacer Leopoldo Neria con el mercado local una vez pasen las contiendas, aunque señalan que es posible que su trabajo registre cifras reales a partir de la segunda quincena de marzo, sobre todo porque la oposición y sus aliados se proponen ensayar por lo menos “dos nuevos golpes de timón” antes del tres mayo, pese a que sospechan que el ambiente podría registrar un peligroso comportamiento.
A estas alturas de la jornada, las cargas parecen estar distribuidas. Un sondeo, también “serio y riguroso” demostró que el verdadero debate radica entre la confabulación que registran los medios, y una opinión publica que se niega a ser victima de la gran mentira tecnológica. Entre un votante que se niega a ser manipulado y una oposición que recure a su poder económico para fabricar deshonestidades contra su rival.
En ese escenario, a los seguidores de Balbina Herrera solo les queda un camino, la búsqueda del voto directo, el dialogo con el votante y la denuncia en todos los foros de la confabulación contra la propuesta del PRD, para sostener la ventaja que hoy por hoy tiene La Chola sobre Martinelli.